25 de agosto de 2018
Hoy me la he encontrado en la calle. Ella iba deprisa, con su bolso rojo bajo el brazo y un gesto decidido. No quedaba en ella rastro de la placidez de la noche anterior. Me pregunté si volvería a sentarse en silencio con un libro nuevo entre las manos y, aquí estoy, a oscuras, escribiendo a la luz que se filtra desde la farola mientras la espero.
Siento que ha nacido algo entre nosotros. Siento que no ha sido una casualidad que ayer la viese, de madrugada, despierta solo para mi.
G.M.
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