sábado, 31 de agosto de 2024



Cuánto tiempo perdemos sufriendo por los fantasmas que llevamos dentro. Cuánta vida se nos escapa luchando contra nuestras propias trampas. Cuánto dolor maceramos en el alma sin darnos cuenta.

viernes, 30 de agosto de 2024

Micro diálogo del absurdo

 


- Dios es la creación más sofisticada del hombre.

- ¿Eso crees, hijo mío?

- Por supuesto.

- Te perdono porque no sabes lo que dices.

jueves, 29 de agosto de 2024

La rueda del hámster




Nuevas versiones de las películas de siempre llegan a las carteleras del verano, y del otoño y del resto del año, como si ya no supiéramos crear nada nuevo. La moda se estanca en revisiones más o menos festivas de los años setenta, ochenta y noventa. La pintura se repite a sí misma, y se recuerda, e insiste, porque es difícil hacer algo diferente. La música se ha quedado encallada en una parodia de latinidad en la que nadie sabe tocar instrumentos ni cantar sin filtros. Las redes sociales se llenan de nuevos ejemplos de creatividad basados en inteligencia artificial. Los niños de las familias con aspiraciones sociales se disfrazan de criaturas de los peores años treinta del siglo pasado. Hay creadoras de contenido que abogan por resucitar a la sometida esposa perfecta. Se extiende entre ciertas capas de la sociedad más joven la añoranza de un tiempo caníbal que nos llevó a una de las peores guerras globales de la historia. Pero todo sigue su curso sin que nadie detenga la enorme bola de estupidez que amenaza con aplastarnos a todos.

miércoles, 28 de agosto de 2024

lunes, 26 de agosto de 2024


Ilustración: Miguel Vega Arce


Amanece, la ciudad del lunes se despierta con resaca de retornos y una frescura amable que compensa tanto calor acumulado. Un repiqueteo de equipajes sobre ruedas atraviesa la calma de la calle. El turismo no cesa. Es una floración nueva que llega a cada barrio, a cada cruce, a cada arrabal. 

Amanece y las noticias de ayer se marchitan dejando a su paso nuevas cataratas en “scrolls”, ladronas de tiempos ahorrados que alimentan  vacíos. 

Amanece. Alguien activa el altavoz de su móvil y derrama insoportables melodías para el padecimiento masivo de los viajeros del metro. Alguien habla a gritos a través de un teléfono que tal vez sea innecesario. Alguien intenta leer la injusticia tatuada en los rostros de quienes creen ser víctimas cuando en realidad son torturadores.

Amanece, la ciudad del lunes se despierta con resaca de retornos.


domingo, 25 de agosto de 2024



El ser humano tiende a la sumisión. El hombre pobre se somete al rico; el que se considera menos capaz al inteligente; el débil al fuerte; el consumidor, al especulador; el administrado al administrador. Y la forma de visibilizar esa sumisión es muy variada, desde el más común clientelismo, pasando por la adulación más o menos encubierta, hasta llegar al servilismo más abyecto.

Tal vez este sea el motivo por el cual nuestra sociedad no está dirigida por los más valiosos, sino por aquellos que conocen y utilizan mejor los resortes del poder: las debilidades humanas, el miedo y el control de los secretos ajenos. Las sociedades cambian, las tecnologías evolucionan, pero las herramientas de sometimiento siempre serán las mismas.


Imagen tomada de Foro Alfa

sábado, 24 de agosto de 2024



Hay quienes son incapaces de convivir con el silencio, como si su peso los abrumara y, para liberarse de ese miedo, llenaran el vacío con cataratas de palabras autistas, hasta ahogarnos.

viernes, 23 de agosto de 2024


Viernes. Agosto comienza su declive mirando de reojo el retorno a la rutina. El calor no ceja en este Madrid semidesértico de gente y clima. Las madrugadas se van haciendo más lentas, más plomizas.

Viernes. Los rosales de la memoria se agostan. Las gentes no quieren saber qué ocurrió ni por qué, pero las fauces de ese pasado se acercan y van husmeando en los vacíos de las conciencias para sembrar las semillas del odio. 

Viernes. La política sigue atascada en la burbuja de “lo mío, lo nuestro”, ciega, como siempre, a la realidad. La violencia no ha cesado de traernos muertos a las orillas del otoño, durante todo el verano. Las guerras no cesan. Los asesinatos de mujeres y niños continúan. Las conciencias duermen. El Mediterráneo se llena de cadáveres anónimos, el foco mediático se pone en un grupo de millonarios ahogados en un velero.

Viernes. La semana ha sido absurda y anodina, como todas.

Los que creen mover los hilos juegan a ser imprescindibles.

Los que de verdad deciden broncean sus conciencias al sol mientras deshojan de humanidad decisiones asesinas.


Ilustración: Miguel Vega Arce

miércoles, 21 de agosto de 2024


Sobre el universo de los inapetentes, las excusas y las quejas caen como cenizas que todo lo cubren, la procrastinación es una coartada y, el miedo al fracaso, un escudo detrás del que ocultar la pereza.

martes, 20 de agosto de 2024



Domesticados, los libros habitan las viejas jaulas de las bestias, acunados por las sombras movedizas de los árboles. 


Parque del Retiro. Casa de fieras. Madrid

lunes, 19 de agosto de 2024


Cuando llegue septiembre, cuando el tren en marcha a la rutina traiga a los pasajeros del verano para volver a poblar la ciudad con su resignación, sus urgencias y propósitos sin futuro, sus ropas de playa melancólicas de mar y sus jornadas sonámbulas, yo haré las maletas para emprender el viaje de regreso a la libertad.

domingo, 18 de agosto de 2024

sábado, 17 de agosto de 2024


Hay un momento dramático en la vida del viajero: cuando hacen aparición las temibles mochilas del todo vale, del “es que yo tengo derecho”, del “es que yo soy así”, y hasta del “pero tú quién te has creído que eres”.

Hay un momento decisivo en la vida del viajero, en el que prefiere los viajes de interior, tendiendo redes de recuerdos y lecturas enriquecedoras, para no tener que soportar el destilado sudoroso de la mala educación; de la falta de interés y de empatía por lo que se  está visitando -y por el resto de los seres humanos que comparten espacio en el tiempo-, del embrutecimiento de rebaño sin pastor. 

Hay un momento terrible en la vida de todo viajero cuando se da cuenta de que ya no es capaz de encontrar ningún destino en el que una masa cargada de teléfonos maravillosos y una necesidad imperiosa de narrar su realidad a gritos, no lo llene todo con la baba de su vacía insolencia.

Hay un momento irreversible en la vida de todo viajero, cuando haciendo balance de sus deseos y sus temores, cuelga para siempre la mochila y los zapatos de caminar porque ya no encuentra la luz de su destino.

viernes, 16 de agosto de 2024


En la parda luz del amanecer el tiempo se entretiene sobre los rostros del sueño; se mece en las últimas imágenes prendidas en los párpados turbios; se distrae en los “podría haber sido” y en los “será”; se deja arrastrar hacia las fauces blandas de la rutina consoladora; se evapora.

jueves, 15 de agosto de 2024


Viejos, los pájaros de la desilusión planean sobre mí y me persiguen. Intento alejarlos con mis manos, con mis gritos, con mi desespero, pero ellos siempre vuelven, tenaces, con sus garras avaras, llevándose pedazos de esperanza.

miércoles, 14 de agosto de 2024

Delirios de verano

Y si dios fuese un algoritmo. Y si todo esto, todo lo que me rodea, no fuese más que una retícula digital.

martes, 13 de agosto de 2024



La vida se abre camino. La naturaleza se adapta. Los ecosistemas mutan. Tal vez los hombres algún día se extingan. Es posible que desaparezcan especies y surjan otras nuevas. La historia geológica nos supera, solo somos un hito más en la inmensidad del tiempo y pasaremos sin dejar apenas huella.

domingo, 11 de agosto de 2024



Calor. Las persianas bajadas, el silencio sofocante del verano detiene el tiempo en una burbuja irrespirable. La calle arde y yo me remuevo sobre la sábana, suavemente azotada por el aire de un ventilador que rumia lentamente la misma sinfonía. En la radio flota una voz insustancial: contenidos de verano, charlas repetidas que a veces cacarean risas huecas como los aplausos pre grabados de las comedias televisadas. El pensamiento se desliza pesadamente, la pereza se adueña de la mente y de los cuerpos. El cielo palpita.

sábado, 10 de agosto de 2024

209 Rue Saint-Maur


209 Rue Saint-Maur, París

Ruth Zylberman

Errata Naturae


Algunos libros, cuando se terminan, en realidad sólo acaban de empezar, porque abren brechas largas en el lector, como tentáculos que palpan emociones y conciencias. 

Esta obra - en cierto modo indescriptible - narra con una belleza sensible y tenaz, la vida de un edificio París, la vida de quienes lo habitaron y lo habitan, pero sobre todo, habla de la constancia de una mujer extraordinaria que ha sido capaz de reconstruir su historia y de reunir a muchos de los supervivientes de la persecución nazi que vivieron en este 209 Rue Saint-Maur, durante la ocupación de Francia.

A través de sus  líneas he disfrutado y he llorado con los reencuentros, con las ausencias y con las desmemorias que protegen del dolor. 

“209 Rue Saint-Maur, Paris. Autobiografía de un edificio” es, sin duda, enorme por el trabajo realizado, por la sensibilidad desplegada, por la belleza de su narrativa y por su propia extensión. 

jueves, 8 de agosto de 2024



Hay silencios socavados de dudas que no se pueden traspasar. Hay silencios en los que anida un dolor del que no se puede hablar, un dolor que va abriendo pasillos hacia el interior del alma.

martes, 6 de agosto de 2024


Madrid, noche tórrida. Una terraza raleada de clientes adictos al abanico y la cerveza. El calor del asfalto cerca el pensamiento perezoso cuando una voz de trueno se alza entre las mesas y descerraja una sentencia que tirita en la canícula insoportable:

  • La estupidez me ofende.

Amén.

lunes, 5 de agosto de 2024

Cada silencio


 

Cada silencio que reservas para mí es un tesoro y un reto. Cada palabra que me dedicas, el fluir de un manantial.

Ausencias



Por todas partes, junto a los contenedores sarnosos,  encuentro las señales de los naufragios ajenos, los vestigios de las ausencias, la generosidad última de quienes aún creen que alguien podría querer aquello que ellos desechan. 

viernes, 2 de agosto de 2024

Palestina


La sangre no deja de manar, la muerte y la guerra forman parte de la megalomanía del ser humano. Siempre hay gentes dispuestas a masacrar a otros en nombre de un dios, de la venganza, de la superioridad racial, del espacio vital, de la economía, de la divergencia política. Cualquier excusa es buena cuando la compran los unos y la defienden los otros, y deshumanizar al enemigo, matarlo de hambre, tratarlo como a un ratón en un laberinto hasta arrinconarlo por completo en un gueto minúsculo e insalubre, no es una técnica nueva, pero es sorprendente que precisamente aquellos que padecieron la persecución y el genocidio masivo y sistemático estén haciendo lo mismo con su pueblo vecino. No sé qué intereses geo estratégicos y políticos pueden ser tan poderosos como para no poner fin, de una vez por todas, a la masacre cobarde de todo un país.