El vértigo del principio de año, como si verdaderamente fuera una cuenta atrás que nos recoloca ante el precipicio de lo desconocido, provoca por igual angustia y esperanza.
Muchos, viven el final de esta pequeña porción de tiempo, en medio de la algarabía electrizante de una fiesta. Otros, tal vez más erosionados por la vida o más endurecidos por la intemperie de las emociones, repasan el cansancio del año en el fondo de una copa de cava burbujeante de rutinas.
Pero, en cualquier caso, para todos, éste es el momento de reflexionar sobre lo más importante: que mientras estemos vivos, está en nuestras manos construir el futuro que tenemos por delante; reinventar nuestra existencia cambiando de ciudad, de trabajo o de ambiciones, recuperar los sueños que hemos ido abandonando en el curso de los años y volver de nuevo a aquello que verdaderamente nos hace felices.
A todos los que leéis estas líneas, fieles compañeros de viaje: ¡FELIZ 2010, lleno de nuevas y emocionantes posibilidades!
Muchos, viven el final de esta pequeña porción de tiempo, en medio de la algarabía electrizante de una fiesta. Otros, tal vez más erosionados por la vida o más endurecidos por la intemperie de las emociones, repasan el cansancio del año en el fondo de una copa de cava burbujeante de rutinas.
Pero, en cualquier caso, para todos, éste es el momento de reflexionar sobre lo más importante: que mientras estemos vivos, está en nuestras manos construir el futuro que tenemos por delante; reinventar nuestra existencia cambiando de ciudad, de trabajo o de ambiciones, recuperar los sueños que hemos ido abandonando en el curso de los años y volver de nuevo a aquello que verdaderamente nos hace felices.
A todos los que leéis estas líneas, fieles compañeros de viaje: ¡FELIZ 2010, lleno de nuevas y emocionantes posibilidades!