domingo, 14 de julio de 2024

“El placer de los meteoros” - Marie Gevers


“El placer de los meteoros”

Marie Gevers

Errata Naturae


Este libro, precioso, emocional y lleno de matices, se construye sobre el placer de la literatura por la literatura misma, sin la necesidad de trabar un argumento, sin el sometimiento a más ley que el fluir de una escritora enamorada de la naturaleza sencilla de su tierra. Gevers selecciona con precisión cada palabra, observa el ritual certero y cíclico de las estaciones que tallan el tiempo y lo delimitan en fracciones precisas en las que florecen por orden arbustos, árboles y criaturas, en las que la decadencia no es el final sino la preparación del siguiente ciclo, en las que el pincel lúcido de la vida cambia los colores, las emociones y las temperaturas al ritmo de un reloj perfecto. 

Este es, sin duda, un libro para paladear en verano, cuando la mente se distiende y navega libre, sin urgencias; cuando se puede comprender la pura belleza de la contemplación y de la palabra más poética asociada a las inmutables realidades de la vida.

jueves, 11 de julio de 2024

Diario del ladrón - Jean Genet



“Diario del ladrón”

Jean Genet

Cabaret Voltaire, 2023


Fascinada por su prosa limpia y elegante, - a pesar de la dureza del texto y de la explicitud de algunas frases- no he podido dejar de leer, apasionadamente, hasta la última línea, este “Diario del ladrón” de Jean Genet. 

Si digo que el autor se abre en canal para contarnos una parte truculenta de su vida, no exagero y, sin embargo, no se encuentra en la obra ni rastro de victimismo. El lector entra de su mano en una existencia sometida a la violenta y la miseria de la que Genet salió gracias a la literatura, si, pero también a la aceptación, a la búsqueda de la belleza en el dolor y la desdicha, a la exaltación de esa realidad y al sometimiento consciente y voluntario. Genet describe un tipo de amor que, más allá de su homosexualidad, tiene algo de sacrificio ritual, de liturgia, de entrega obsesiva. Se mueve y avanza buscando, rindiéndose a lo inevitable, humillándose si es necesario.

En pocas ocasiones un autor tiene la capacidad de observación y comprensión de las almas que demuestra Jean Genet en esta obra en la que desnuda la perversión de los personajes que le acompañan y a los que adora, comprende e imita, adaptándose a la abyección de un inframundo al que se vio lanzado desde la más tierna infancia y del que, sin embargo, jamás renegó.