jueves, 29 de agosto de 2024

La rueda del hámster




Nuevas versiones de las películas de siempre llegan a las carteleras del verano, y del otoño y del resto del año, como si ya no supiéramos crear nada nuevo. La moda se estanca en revisiones más o menos festivas de los años setenta, ochenta y noventa. La pintura se repite a sí misma, y se recuerda, e insiste, porque es difícil hacer algo diferente. La música se ha quedado encallada en una parodia de latinidad en la que nadie sabe tocar instrumentos ni cantar sin filtros. Las redes sociales se llenan de nuevos ejemplos de creatividad basados en inteligencia artificial. Los niños de las familias con aspiraciones sociales se disfrazan de criaturas de los peores años treinta del siglo pasado. Hay creadoras de contenido que abogan por resucitar a la sometida esposa perfecta. Se extiende entre ciertas capas de la sociedad más joven la añoranza de un tiempo caníbal que nos llevó a una de las peores guerras globales de la historia. Pero todo sigue su curso sin que nadie detenga la enorme bola de estupidez que amenaza con aplastarnos a todos.

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