Los viajes espaciales de los grandes multimillonarios son una perfecta instantánea del presente: mientras las economías de muchos países se tambalean como consecuencia de la enorme pandemia, ellos se han construido una nueva burbuja de especulación con la que seguir aumentando exponencialmente sus tesoros (Por cierto ¿alguien puede decirme cuánto contamina el planeta cada uno de los cohetes que lanzamos al espacio?). Pero además, están emocionalmente tan distantes del mundo que les rodea que aparecen en las pantallas de televisión como adolescentes avejentados, disfrutando de sus nuevos juguetes, ignorando por completo el sufrimiento económico y sanitario de millones de personas.
Y no es que no me produzca un cierto pellizco de envidia esa aventura con la que los niños de mi generación - adictos a Star Treck, a la Guerra de las Galaxias y hasta a Alien - soñábamos, convencidos de que en nuestra madurez podríamos ver el sueño hecho realidad. Lo que me inquieta es que los gobiernos no se alíen en un frente común para lograr un objetivo imprescindible para la supervivencia humana tal y como decía Stephen Hawking al final de su último libro*. Lo que se demuestra con las ocho misiones espaciales que se llevarán a cabo este año, financiadas por la Nasa, China, Emiratos Árabes, la Agencia India de Investigación Espacial y la Agencia Espacial Europea. ¿No sería mucho más productivo para el futuro de la humanidad unir talento, dinero y esfuerzo en proyectos conjuntos en vez de luchar por la conquista del Universo como si fuésemos descubridores del siglo XV? ¿O es que hemos asumido el cliché distópico de que solo unos pocos privilegiados lograrán escapar de la Tierra a tiempo y estamos absolutamente convencidos de que entre esa élite estaremos nosotros? O, peor aún, pensamos que eso no ocurrirá mientras nuestra generación siga viva y ya se las apañarán nuestros hijos y nuestros nietos cuando llegue el momento.
Ninguna de estas posibilidades me consuela, la verdad. Pero relajémonos, que estamos en verano y ya cuando volvamos en septiembre con la resaca de las vacaciones, pensaremos en cosas tristes e inoportunas como la supervivencia de la humanidad. Aunque, si son de los afortunados que tienen suficiente dinero, ni siquiera eso será un problema porque podrán acceder a este nuevo parque temático por un módico mordisco en sus nutridas fortunas y, llegado el caso, saltarán a “Elysium”** sanos y salvos tal y como, sin duda, se merecen.
*“No podemos seguir ensimismados en nosotros, en un planeta pequeño y cada vez más contaminado y superpoblado. (...) debemos mirar hacia el universo más amplio, mientras también nos esforzamos en arreglar los problemas de la Tierra” Stephen Hawking, “Breves respuestas a grandes preguntas”, Planeta, 2018.
**”Elysium” película norteamericana de ciencia ficción dirigida por Neil Blomkamp. 2013.
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