26 de julio de 2018
Todas las distopías que el hombre ha imaginado,
filmado o escrito ya están aquí. Admitimos la llegada del desastre como quien
acepta que todas las noches el sol se pondrá y volverá a salir al día siguiente.
La inteligencia es cada día menos inteligente y más artificial. Los amigos ya no se ven, ni hablan, se "whatsappean". Los líderes megalómanos se están apoderando de todo
mientras los ciudadanos miramos hacia otro lado y los dejamos hacer. A veces
incluso jaleamos sus ocurrencias bárbaras con una pobreza de conocimientos y de
léxico que paralizan el pensamiento.
En el bus escucho a cuarentones bien vestidos que se
columpian en “muletillas verbales” sin sentido: “Eso es lo que yo digo, tío. Es
la puta hostia, macho. No jodas.” Y éstos son los individuos que dirigen el
mundo, los que deciden quien sube y quién baja.
Estas reflexiones son suicidas. No sé si seguiré
escribiendo. A fin de cuentas no sirven para nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario