martes, 24 de julio de 2018

Diario para el olvido. Dia 2

 
 
24 de julio de 2018

Vadeo la madrugada como un ladrón. Corro por las calles desiertas, algo frescas aún, antes de sumergirme en el metro, donde la gente vegeta amamantándose de las pantallas de sus teléfonos móviles; donde las criaturas bípedas nos movemos impulsadas por el ritmo inaudible de la reina del hormiguero que hace vibrar las finas alas de la ambición y el deseo junto a nuestros oídos.
Alguien duerme con la cabeza pendulante en una esquina mientras otro, inesperadamente, saca un objeto envejecido de un bolsillo, se acomoda en el asiento y abre un libro de páginas crujientes, amarillentas de manos y de polvo; y me quedo observándole con una mirada agradecida, casi húmeda, y una sonrisa aprobadora en los labios delatores.
¿Será esto que aún queda esperanza?

G.M.

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