jueves, 6 de junio de 2024

"El frágil orden del universo" - Eduardo Quijano

 

“El frágil orden del universo”

Eduardo Quijano

Editorial: Cazador de ratas, 2023

Los relatos de “El frágil orden del universo”, de Eduardo Quijano, transcurren en un mundo ficticio, más serial que cinematográfico, con un cierto regusto a western. Sus veinte historias, tan satíricas y absurdas como hilarantes, nos ponen ante el espejo de nuestros propios miedos, banalidades e insuficiencias. Entre sus personajes están la Vida, “tirada en un sofá, mirando el televisor”, brutal y refractaria; la Muerte, que resulta ser mujer - extremo que ha constatado el protagonista porque “le ha tocado las tetas”-; o Lord Henry Milikan, un hombre racional que pretende comprender a su amante hasta sus últimas y feroces consecuencias.

Posiblemente, si tuviera que definir “El frágil orden del universo” con una sola palabra, yo diría que es “irreverente”. Desde luego sacude al lector con un humor negro que mezcla los valores éticos de una marginalidad cercana al cómic, con un pragmatismo brutal e ingenuo a la vez. El lector se va abriendo camino a través de un lenguaje extremadamente coloquial, a menudo malsonante, con el que sus personajes nos adentran en el caldo de cultivo inhóspito de su propia existencia, sometidos a nuevas leyes del universo en las que la normalidad está trufada de violencia, de una sexualidad a veces embarrada por la duda o por el miedo; y en la que nos encontramos, por ejemplo, con la “Sociedad Secreta, Vidas Emocionantes”, o con la “Asociación de Alérgicos de Mapunche”, como marcos para dar explicación a todos los tropiezos de la existencia, o para aliviar la necesidad patológica de formar parte de algo, de sentirse alguien.

En definitiva, “El frágil orden del universo” es una lectura fresca, surrealista y divertida que rompe las costuras de la realidad y lanza al lector al ruedo de lo políticamente incorrecto, donde los muertos regresan a la vida; la automutilación puede ser una manera de recuperar la amistad perdida y la riqueza no es un antídoto contra la estupidez.

Paloma Ulloa 

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