“Entre culebras y extraños”
Celso Castro
Ediciones Destino
Una vez más me adentro en el universo envolvente de Celso Castro, un limbo personal que hace que el lector sienta que el autor le va hablando al oído, llevándole hasta el interior mismo del protagonista.
Siempre me desconcierta un poco, al principio, esa anarquía de la puntuación y las mayúsculas con la que parece querer aligerar la orografía del texto para que ningún obstáculo frene el discurso, pero siempre logra atraparme y llevarme inevitablemente hasta ese lugar de la mente en el que todo encuentra su forma, su lógica, su camino. Y lo hace con hermosas frases evanescentes, como estas, que quedarán tiritando en el aire para siempre: “lo que me hacía sumamente infeliz era mi aparato espiritual”; “coágulos de desesperación”; “los demás se bebían aquella sangre con las gafas”; “en cierto modo todos tenemos el mundo en la punta de la lengua” o “eres tan limpia como un abismo”.
“Entre culebras y extraños” vuelve a navegar el tormentoso océano de la adolescencia, esa lucidez doliente, y lo hace narrando la tumultuosa realidad de la familia, los afectos, las traiciones y las enfermedades del cuerpo y del alma. Todo un viaje literario.
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