domingo, 19 de septiembre de 2021

La tierra se estremece



La tierra se estremece. Entra en erupción el volcán de La Palma. Vomita. Le otorga al hombre la medida que le corresponde frente a la rotundidad de la naturaleza.

Los neonazis se dan cita en Chueca para manifestarse. Intentan reprimir la libertad de otros. Tal vez les preocupe la diferencia. Quizá les atemorice aquello que no son capaces de entender. Que deja al descubierto su propia impotencia. Quién sabe si también su miedo a no estar tan seguros de su propia identidad sexual como quisieran demostrar.

Estados Unidos apuñala por la espalda (entre el Índico y el Pacifico) a una Europa irrelevante.

En España sacamos a los muertos de las tumbas para herirnos mutuamente. Para saciarnos el odio. Para arrancarnos las desvergüenzas a dentelladas.

La Feria del Libro de Madrid rezuma entusiasmo, novedades, reencuentros largamente anhelados. Los libros, las historias, los personajes, toman al asalto este otoño incipiente, deseoso de normalidades. De “estrenos” literarios. De impulsos hacia el voraz mercado navideño que ya asoma sus espumillones brillantes sobre el horizonte.

Los chinos tienden su mano a los talibanes y los europeos sentimos el aliento del fin de una era cada vez más cerca. Cada vez más frío. Cada vez más inquietante. 

Las apuestas en línea esclavizan a los niños y a sus padres. Los convierte en adictos. Los somete. Les roba el futuro. Se extienden como virus en los teléfonos móviles de nuestros hijos, camuflados de juego inofensivo. De divertimento indiferente que enriquece a conglomerados glotones que nunca tienen bastante. Que vampirizan y abandonan sin pudor las vidas reventadas que siembran a su paso.

La tierra se estremece ahíta de incendios, contaminación, ignorancia  y egoísmo. Contrae sus entrañas. Se derrite. Se diluye en riadas. Nos amenaza con sepultarnos vivos en nuestra propia indiferencia.

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