Rusia presiona a una Europa débil. Un viento de Guerra planea sobre el viejo continente.
Encuentran, al otro lado del espacio, un exoplaneta igual a la tierra en sus albores.
Al Tribunal Constitucional deberían acceder solo personas que, además de ser ejemplares, lo parecieran.
Grandes “adivinadores” internacionales rebajan las perspectivas de crecimiento para España.
La futura política de pensiones, puesta bajo el microscopio, parece cada vez menos sólida y más insegura e inquietante.
España sigue siendo un ejemplo de vacunación frente a la pandemia. Los negacionistas ocupan las UCI.
El miedo, la evasión y la inmadurez rigen a una sociedad que no mira ni hacia el pasado, ni hacia el futuro, que se ancla en el deseo de que todo vuelva a ser “como antes”, que cree que la libertad es poder comprar cosas que no necesita.
La Palma sigue sufriendo bajo la furia del volcán. Su extensión crece. Su belleza estremecedora sobrecoge desde la cálida tranquilidad de nuestros salones.
Las vergüenzas del ex presidente catalán y su familia fueron robadas de una furgoneta por “bandoleros” anónimos.
Singapur se plantea cobrar los gastos médicos a los enfermos de COVID que no quisieron vacunarse.
El mundo sigue girando. Bielorrusia enseña los dientes. Los refugiados mueren bajo la presión, la indiferencia y el frío. ¿Y si mañana ellos fuésemos nosotros? La veleta de la historia puede cambiar en un suspiro.
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