5 de octubre de 2018
Veo pequeños aspirantes a caudillo que se pasean entre platós de televisión y mítines repitiendo mantras que todos creíamos obsoletos. Me aterrorizan sus sonrisas estereotipadas de niño americano de familia media que tan poco tienen que ver con nosotros y que seguramente ocultan una trampa mortal. Es para mí un alivio saber que no llegaré a vivir los nuevos fascinamos que ya oscurecen occidente. Entre las peores presagios se encuentran las crisis económicas que llegan de puntillas a liquidar un sistema que se ha demostrado incoherente y zafio desde hace demasiado tiempo.
Veo pequeños aspirantes a caudillo que se pasean entre platós de televisión y mítines repitiendo mantras que todos creíamos obsoletos. Me aterrorizan sus sonrisas estereotipadas de niño americano de familia media que tan poco tienen que ver con nosotros y que seguramente ocultan una trampa mortal. Es para mí un alivio saber que no llegaré a vivir los nuevos fascinamos que ya oscurecen occidente. Entre las peores presagios se encuentran las crisis económicas que llegan de puntillas a liquidar un sistema que se ha demostrado incoherente y zafio desde hace demasiado tiempo.
Da miedo el futuro al que arrojaremos a las
generaciones que hemos engendrado. Europea se tambalea, Estados Unidos se
diluye, el miedo arraiga y traerá consigo el horror mil veces predicho.
Cierro el periódico. Me cansa la miseria que lo
llena. Prefiero pasear.
G.M.
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