Amanece tras la Pascua
Se va iluminando un cielo azul plomizo, encadenado a la rutina, que alumbra una mañana de transiciones insolentes, de cláxones antropófagos, de miradas sesgadas cargadas de veneno. Y la vida sigue, ajena a sí misma, al devenir del tiempo que pronto será historia, a los errores que ya son insalvables y que van extendiendo sus raíces hacia lo inevitable, como manchas oleosas, insaciables.
Paloma Ulloa
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