sábado, 7 de junio de 2014

Antoni Arissa: maestría, técnica, sensibilidad e historia


Antoni Arissa

Hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto viendo una exposición fotográfica, y me he preguntado, realmente asombrada, cómo es posible que, hasta ahora, desconociese a un maestro de la fotografía de principios del siglo XX como Antoni Arissa.

En las líneas de presentación que sirven de prólogo a la muestra se le describe como un pictorialista influido por los pre-rafaelistas, un vanguardista y hasta un publicista, pero lo que desde luego es, sin duda y en mayúsculas, es un artista poliédrico capaz de retratar la ternura de una madre, diseñar un plano picado sobre una ciudad casi desierta, asombrar con la contundencia de la tecnología fabril de su época y capturar la sutileza de los reflejos sobre el agua y de las sombras mágicas y huidizas sobre las paredes.

Mientras transitaba, totalmente entregada, entre las fabulosas copias antiguas y modernas de este gran fotógrafo, un espectador solitario, intensamente conmovido (fotógrafo de profesión, según me confesó), se acercó a mí para compartir su emoción y, desconociéndonos, derramamos y tejimos impresiones y sonrisas, preguntas sin respuesta, ideas, inquietudes y hasta críticas, por la pura necesidad de expresar tanta belleza y tanta sorpresa como se nos habían acumulado en el alma en unos pocos minutos.

"Qué maravilla". - Repetía mi interlocutor desconocido - "Y qué moderno". "Qué forma de captar y de describir los paisajes, los instantes, las emociones".

Pasábamos como sonámbulos del patos de un San Sebastián bellísimo, a la mirada de un Velázquez, cosechador de luz sobre los rostros tensos y los brazos sudorosos de un grupo de hombres. Descubríamos después la pulcritud vanguardista de la Bauhaus, para precipitarnos inmediatamente en la calidez del cine que revolucionaba la oscuridad de las salas asombradas y hasta los impulsos de una generación en transición hacia sí misma.

He reflexionado mucho después de ver esta exposición y he llegado a pensar que, quizá, sería conveniente bucear más en nuestro pasado y recuperar, sin sesgos políticos ni tendenciosas estupideces clientelistas, todas estas joyas que forman parte de nuestras raíces y que el lodo de la historia ha dejado sepultadas bajo nuestros pies, privándonos de su riqueza y encegueciéndonos ante nuestro destino.

Yo, por mi parte, desde ese momento coloqué a Antoni Arissa entre esos nombres sagrados de la fotografía, como Richard Avedon, Man Ray o Ansel Adams, que han nutrido mi mirada y me han enseñado a observar, a interpretar y a sentir una época, una situación o un instante, con la sabiduría de los hombres universales.

"Arissa. La sombra y el fotógrafo, 1922-1936"
Espacio Fundación Telefónica
De 4 de junio a 14 de septiembre
C/ Fuencarral, 3
28004 Madrid




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué interesante, Paloma. No me la perderé.

Susana

Miguel de Pereda dijo...

Hola Paloma.

Buscando información para comentar esta exposición, encontré tu página.

Me ha gustado la pasión que pones al referirte a las fotos y he puesto un enlace a esta página desde mi blog http://www.x100s.es/antoni-arissa-la-sombra-y-el-fotografo/

Tengo que leer algún relato tuyo.