Paloma Ulloa
A veces, sobre el silencio polvoriento de mi vieja máquina de escribir, reposa una historia. Entonces las letras de plomo tabletean cadenciosamente sobre el papel blanco, aprisionado contra el rodillo impasible, y la locura de mis dedos se desata haciendo sonar la campanilla que me anuncia que llega el final de la línea. Y es mi mano izquierda, inquieta, la que lleva la partitura ciega hacia el siguiente renglón sediento de palabras.
A veces, cuando el alma mecánica de mi vieja máquina canta, los personajes bailan un foxtrot lleno de nostalgias y se dejan mecer, como fantasmas soñadores, preñando de magia las páginas torturadas.
A veces, cuando el alma mecánica de mi vieja máquina canta, los personajes bailan un foxtrot lleno de nostalgias y se dejan mecer, como fantasmas soñadores, preñando de magia las páginas torturadas.
1 comentario:
¡Qué original la foto de cabecera del teclado con tu nombre.
Hay mucha creatividad en tu página.
Se nota que eres una apasionada de las letras.
Un saludo,
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