Ángelo Musco
No tuvo tiempo de pensar en el vacío, ni en el silencio, ni en la soledad. Alargó la mirada hacia la intensa luz que coronaba el túnel y que le encegueció enseguida y rompió a llorar, furioso por el dolor, por la indefensión y por el miedo, en mitad de toda aquella confusión bulliciosa de la vida.
1 comentario:
¿Promete continuarrrrr? Andrés
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