El tiempo remansado sobre la nieve, amortigua el sonido de las voces que cruzan el viejo parque. Los árboles oxidados del invierno quiebran, con sus enredadas melenas desnudas, el cielo helado y, sobre la densidad dolorida de la tierra, cabalgan los trineos cargados de risas infantiles.
Bajo esta luz, lenta y difusa, babosa de copos ligeros como el alma, las ideas caminan, dejando sobre el reposo de la mente, la huella indeleble de nuevos pensamientos que han tenido el tiempo necesario para nacer, crecer y madurar, antes de pasar de nuevo a la dorada alacena del recuerdo.
Bajo esta luz, lenta y difusa, babosa de copos ligeros como el alma, las ideas caminan, dejando sobre el reposo de la mente, la huella indeleble de nuevos pensamientos que han tenido el tiempo necesario para nacer, crecer y madurar, antes de pasar de nuevo a la dorada alacena del recuerdo.
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