jueves, 6 de agosto de 2020

Reflexiones del Minotauro. Vivir es algo más que respirar

Imagen: Man Ray


Vivo entre ficciones porque el mundo que me rodea raras veces me gusta. Disfruto del aislamiento salpicándolo con encuentros puntuales y conversaciones estimulantes; con gratificantes comidas alargadas en sobremesas sustanciosas; con algunos viajes nutritivos y muchas soledades sosegadas ante cualquier paisaje evocador. 


Hace mucho tiempo que comencé a barrer a las personas tóxicas del entorno inevitable. Esas que vienen con el nacimiento y no se eligen. Esas que pretenden exigir derechos ancestrales de pertenencia a la tribu por más que tu simple cercanía les provoque náuseas. La vida se hace corta cuando está bien vivida y sabiamente acompañada. No estoy dispuesta a alargarla con el pesado fardo de las conveniencias, ni con las compañías asfixiantes de los que imponen leyes heredadas que repiten como un mantra sin saber nada de ellas.


Amar es estar dispuesto a todo para salvar lo único sagrado y desinteresado que queda cuando todo lo demás se pierde; el resto son sólo costumbres perversas que pretenden doblegar y lixiviar a las personas hasta convertirlas en réplicas idéntica de otros miles de millones de criaturas que pautan sus vidas a golpe de calendarios podridos.


Vivir es algo más que respirar, es el talento de detenerse para amar hasta las raíces de los nervios, en la pobreza mucho más que en la riqueza, y en el entusiasmo de seguir construyendo sueños y fronteras que atravesar cada mañana. Vivir es no dejarse arrastrar por las envidias insidiosas, por los prejuicios malsanos, por la violencia de la crítica improductiva de los que ven cómo te alejas y no pueden, no quieren o no saben desearte un buen viaje.

No hay comentarios: