jueves, 29 de diciembre de 2022

Tu rostro. Micro




Tras la cortina de lluvia surgió tu rostro lleno de luz,  tan hermoso  y vibrante como cuando estabas viva. 

martes, 20 de diciembre de 2022

Viejos. Micro

 


Los viejos, tomados de la mano, se acurrucaron al cobijo de su muerte y se dispusieron a navegar.

miércoles, 7 de diciembre de 2022

lunes, 5 de diciembre de 2022

Amanecer

 

Sobre el cielo turquesa del amanecer se recorta la ilusión de una vida estable; la estructura fea de los edificios tiene aún la mórbida impronta de los sueños; el caminar cansado de la gente no ha despertado aún a la trampa mentirosa de la rutina que los hará correr, pagar, trabajar, beber, dormir en una oleada precipitada de acontecimientos involuntarios que se encadenan, que los encadenan.

Contra el cielo turquesa del amanecer la voz de la radio es más concreta, más profunda, casi salvadora. Los “expertos” se derraman en largas babas de palabras, las noticias detonan con la misma cobardía de siempre, la publicidad se estrella contra el sueño.

Contra el cielo turquesa del amanecer la luz de las viviendas fosforece de intimidades lentas y pijamas aún calientes, de destinos tristes y propósitos sinceros, de niños aferrados a la almohada y de aromas a café y a pan tostado.

 

sábado, 22 de octubre de 2022

"Nombres propios, historias comunes".- María Jesús Ortiz Moreira



“Nombres propios, historias comunes”

María Jesús Ortiz Moreiro


Con una voz periodística que en ocasiones recuerda al Larra del “Castellano viejo” o al “Vuelva Usted mañana”, María Jesús Ortiz Moreiro fotografía escenas comunes de una vida cotidiana rota por la pandemia, y lo hace contraponiendo dos paisajes bien distintos: una ciudad española y un barrio - quizá el suyo - de Berlín. Con esta premisa aparentemente sencilla, nos presenta a sus “tipos”, sus realidades, sus aspiraciones y sus miedos, usando sus propias palabras porque la autora, como ya hizo en su anterior novela “Sombras en la luz”, hace un interesante ejercicio de aprehensión del lenguaje, de los giros, de la frase hecha y hasta del refrán.


Mordaz, irónica, incisiva, la autora se entretiene observando a sus criaturas. Las ve, las escucha, las mira por dentro y por fuera y nos desvela sus pensamientos más preclaros como cuando Otto comprende que, tal vez, la risa de Anna no sea más que “una manera de llorar por lo que no tiene”; o como cuando L., empapada por el ambiente bohemio e intelectualoide de la capital concluye que “Berlín, más que una ciudad, es un archipiélago de solitarios a la deriva”. 


Pero, a veces, como en el caso de “Ramón, Pedro, Nicolás, Barça. Noche de Reyes” (quizá mi cuento favorito) o en “Amanda Parker. Matemos al poeta porque, además, miente”, añade una pizca de emociones melancólicas al relato y conmueve al lector llevándole mucho más allá de la historia, haciéndole vibrar las cuerdas de una nostalgia íntima y anhelante.


Frente a la diversidad de personajes de la ciudad española que comienzan con el reconocible “Pepito Cualquiera”, la concreción de los mismos individuos en Berlín, sujetos a la cercanía del “espeti”, tienda “de-todo-un-poco” donde se encuentran, discuten y ladran Günter, Otto, Sonja, Anna o Lotti (la perra que no habla, pero casi). Frente a la grisura de las instantáneas en blanco y negro de Berlín, la policromía de las estampas hispanas que, en algunos relatos como “Paula. Instante", va conectando personajes en una cadena de encuentros que comienzan con Paula y terminan con ella misma cerrando un círculo perfecto.


En definitiva, estos veintiocho relatos discurren sobre la imprevisibilidad de la vida, la facilidad con la que todo puede cambiar en un instante, la esencia misma de la imperfección del ser humano y sus sociedades, la pérdida del tejido humano que nos deja huérfanos, y hasta la distópica posibilidad de que la sinceridad puede llegar a convertirse en una enfermedad o aún peor, en un delito. 





martes, 27 de septiembre de 2022

Miedo

 

Miedo. En el país que inventó el fascismo gana las elecciones el neofascismo. Putin juega a los dados con las democracias y en ese juego perverso, por ahora, va ganando.

Miedo. Europa se estremece (tarde) sintiendo como se descosen sus costuras.  Las bolsas de la compra no se llenan. El Euro se deshincha como un globo. El frío amenaza con instalarse en los hogares este otoño. El hambre se asoma a las ventanas afilando sus colmillos.

Miedo. El clima no entiende de política. Revienta el cielo anegando el presente. No hay dique que detenga las riadas ni cisternas que aprovechen su caudal.

Los ciudadanos impotentes ven cómo se pierde su vida deshecha por el agua, por la guerra, por la especulación, por el egoísmo.

Miedo. Nadie imaginó que la vida podía cambiar tan rápido arrasando las certezas en la Europa de 1914 y de 1939, en la España de 1936, en la Yugoslavia de 1991, en la Ucrania de 2022.

Miedo. Todo lo que parecía sólido se licúa. Nada queda en el cedazo de la memoria. Cada batalla parece única. Cada cañón tiene un tono diferente. Cada miedo lleva un nombre prendido en sus costuras.

Imagen: Sarolta Bán

martes, 20 de septiembre de 2022

“Nos tragará el silencio”. Miguel A. Zapata

 


“Nos tragará el silencio”. Miguel A. Zapata. El baile del sol

“Nos tragará el silencio” es un libro excepcional tanto por su estructura como por su propuesta. Ambientado en un mundo distópico que ha sufrido una sucesión de crisis económicas y pandémicas, describe a una sociedad erosionada e inmadura en la que los ciudadanos son adolescentes eternos, fácilmente manipulables por un estado invisible que los hace fluir, mansamente, sin violencia, a través de las diferentes instancias de La Hiedra. Y quién mejor que un narrador en primera persona, un “consignador”, para adentrarnos en ese universo; para guiarnos entre los espejos deformantes sobre los que se reflejan nuestros defectos presentes, pasados y futuros; sobre los que la historia y la filosofía se proyectan y se disuelven enredadas en las propias dudas del protagonista, de la ciudadanía de la que forma parte, de los lectores; sobre los que se siente la danza hipnótica de un bolero de Rabel que crece y decrece para volver de nuevo a la melodía original hasta enredar, atravesar y contener, como en una crisálida, a cualquiera que se encuentre cerca de La Hiedra.

lunes, 29 de agosto de 2022

El día abruma


El día abruma. Pesan los cuerpos sometidos al martillo del calor. Se distienden las carnes reblandecidas por la desidia veraniega. La mente no quiere regresar. Se resiste a ser estabulada. Se contamina de vientos libertarios. Los conductores resignados reconquistan lentamente la ciudad abrasada, hambrienta de lluvias, avisada de tormentas que amenazan sin saciar la sequedad de sus bocas entreabiertas. 

El día abruma. Reconstruye lentamente las murallas que amputan horizontes. Los horarios que cercenan libertades. Los silencios que permiten respirar. Los propósitos de enmienda se van haciendo chicos, kilómetro a kilómetro, sobre el retrovisor imperturbable. La vida se copia a sí misma cada septiembre dejándonos desnudos y vacíos contra el fondo de un verano que ya parece insuperable. 

El día abruma. Los uniformes escolares pendulan en las perchas, rencorosos, dispuestos a dominar las carnes bronceadas y las mentes expansivas. Los maestros construyen horarios de colores para aliviar el luto del regreso: Padres contrariados. Hijos silvestres. Rutinas enquistadas en tareas mil veces repetidas.

El día abruma. Las ventadas dormidas de los pisos resucitan. Se escuchan llantos y rumores. Se cierran fauces de resignación contra la vida. Se estira un día más, una semana más, la comida por encargo, los despertares tardíos, el desayuno en la terraza, las noches sin urgencia y sin peligro.

El día abruma. Tal vez septiembre traiga consigo alguna gloria. Algún aroma de esperanza. Algún cambio largamente acariciado. Tal vez, los pequeños sueños del verano no se mustien al contacto plomizo del asfalto. Tal vez, las últimas líneas de ese libro que aún retumban, los últimos compases de esa orquesta vespertina, puedan salvarnos, todavía, de la trampa pegajosa de los días.

sábado, 27 de agosto de 2022

“Las frías noches de la infancia”


 “Las frías noches de la infancia” es un bocado delicioso y exigente. Transita una intimidad difícil, sin exaltaciones románticas ni dramatismo innecesario. Es una saeta que atraviesa la vida, la locura, las tradiciones, la familia, la supervivencia y la lucha por salir del oscuro laberinto de la mente enferma. Es un relato emocional de los paisajes de la infancia, de la sensualidad instintiva, del amor, la amistad y la belleza.


Una vez más Errata Naturae sorprende y convence con la elección de esta autora turca que escribió la mayoría de su obra en alemán. 


Tezer Özlü

“Las frías noches de la infancia”

Errata Naturae

miércoles, 24 de agosto de 2022

En la línea de salida


Las últimas horas del verano caen sobre un horizonte inestable.
 La ligereza estival se esfuma. La sombra de la guerra parece extenderse a los Balcanes. La banca incrementa sus beneficios. Los ciudadanos miran, de reojo aún, el fondo de sus carteras. La tierra ha ardido con insidia devorándose a sí misma. 

La campaña de vuelta al colegio llena de recuerdos infantiles mi memoria. Flota un aroma a lápices recién afilados. Los libros nuevos resplandecen en sus fundas. La cartera, limpia y vacía, espera soportar un curso más.


El tiempo, guardián rabioso de los ciclos, lucha por eclipsar las últimas horas de sol y holganza. La tierra ha girado una vez más y ha vuelto a colocarnos en la línea de salida. Los noticieros se recargan de presagios insidiosos. Los “expertos” afilan sus garras necrófilas sobre el futuro inminente.


Septiembre asoma su perfil furtivo entre los últimos rumores del descanso. Se acaba la fiesta. Regresa el peso plomizo de una realidad insostenible que parecía haberse hecho más ligera y soportable en estos días.

jueves, 18 de agosto de 2022

Champán de quemar. David Núñez Casallo

 


“Champán de quemar” de David Núñez Casallo (Talentura, 2020)


El  titulo de este libro de relatos ya nos anticipa lo que encontraremos al atravesar el umbral de sus páginas. 


El narrador juega con sus personajes, los arrincona, les hace enfrentarse a situaciones imposibles. Les obliga a sentir que “vivimos bajo una lluvia de culpas que empapa nuestras conciencias”. 


A lo largo de estos once relatos “hay momentos en los que nos vemos atrapados en la piel de otro”; en los que “el inocente muere una vez, el culpable todos los días”;  en los que el actor se pregunta si se mete dentro del personaje o es el personaje el que se mete en él; en los que a un hombre se le “desabotona la piel” en medio del delirio del alcohol; y los forenses saben ponerle “coordenadas a la muerte”.


En definitiva, merece la pena llenar once copas - chispeantes y sorprendentes  - con este “champán de quemar”. ¡Salud!

lunes, 15 de agosto de 2022

Soledades acumuladas


Imagen tomada de El País

Madrid se ha convertido en una acumulación de soledades. Almas vacías que se sientan frente a frente y no se miran, no hablan, no se conocen ni se reconocen.  Las pantallas iluminan los rostros inexpresivos, embrutecidos, cenicientos. La ciudad apila vidas en cordilleras verticales. En guetos amurallados con piscina. En burbujas móviles sobre ruedas. Lo que ocurre fuera no es real. 

Los otros son fantasmas.  Criaturas de humo que a veces nos tocan y se disuelven en olvido. Ruido de fondo. Nada.

Stoner. John Williams



Hay novelas que se te meten debajo de la piel y te van creciendo dentro incluso mucho después de haberlas terminado de leer por primera vez. Así es  “Stoner”, de John Williams. 

Poco puedo añadir a las decenas de reseñas que ya se han publicado sobre este libro (algunas de ellas firmadas por autores ilustres) salvo que me parece sorprendente no haberla conocido antes.


Son muchas las obras valiosas que se pierden en el enorme arenal de la industria del libro empujadas al olvido por centenares de novedades y campañas millonarias pero, felizmente, ésta ha sido rescatada por El baile del sol para nuestro más íntimo y emocional disfrute.

domingo, 7 de agosto de 2022

54

 


54.Es un bonito número. Una cifra importante. Una baliza que dice más del pasado que del porvenir. 

El verano se abandona a la violenta mordida de un calor insoportable. Siempre parece que los estíos pasados fueron menos crudos, más ligeros y hermosos, más felices. En medio de uno de esos veranos nací yo, casi por sorpresa, en mitad de los  montañas del Jura. Imagino esos días cálidos de noches frescas. El revuelo de la casa a la que llega el bebé recién nacido.

Las voces de los inmigrantes españoles e italianos llenando los silencios del pueblo. Sus hijos montados en sus bicicletas nuevas colonizando un mundo que sentían propio.

Imagino los olores de la montaña: la hierba,

las flores silvestres, el agua de los riachuelos, las vacas haciendo sonar dulcemente sus esquilas.

54 años. Este verano también pasará, como han pasado todos hasta ahora, y dejará apenas el rastro de alguna fotografía y de algún recuerdo neblinoso que se diluirá para siempre en la marejada de la memoria mucho antes de lo que pueda imaginar.

viernes, 5 de agosto de 2022

La radiante edad

La radiante edad” Antonio Báez Rodríguez (Talentura, 2022)


Nunca había leído nada de Antonio Báez pero esta “Radiante edad” me ha convencido de que merece la pena seguir leyéndolo.

El pulso de esta novela desconcierta, se enreda en sí mismo avanzando y retrocediendo en el mórbido tiempo de la memoria que se escribe y se reescribe constantemente de la mano de un narrador que habla sobre el niño que fue - sin sentimentalismos, con la lucidez normalizadora de la infancia-; del adolescente que le sucedió - con sus inquietudes, sus pulsiones y sus frustraciones-; y del adulto que reconstruye, juega, novela y se burla, cuando es necesario, tanto del presente como del pasado.

El texto alcanza a veces una belleza y una sensibilidad que pueden llegar a chocar frontalmente con la realidad más prosaica, con las servidumbres del cuerpo y las mezquindades del alma, pero todo ello fluye en un discurso continuo dividido apenas en nueve capítulos que homenajean a otros tantos títulos cinematográficos.

He disfrutado leyendo esta novela que ha viajado conmigo y en la que me he refugiado en los ratos robados al sueño y a la familia, porque un libro como éste necesita de cierta intimidad para beberlo lentamente, como se merece.

martes, 26 de julio de 2022

Société Littéraire

 


Société littéraire

Mariano Zurdo (Talentura, 2022)


He sonreído y me he reído leyendo este libro que describe, crítica y satiriza sobre un mundo y unos personajes de opereta  que, sin embargo, no están tan lejos de la realidad cotidiana en la que todos vivimos inmersos.

Sin desmerecer ni un gramo la “voz impostada”, desternillante del narrador, diría que, por momentos, me ha parecido una 13 rue del percebe literaria, canalla, fina y colorista en la forma y en el fondo, muy bien escrita y descrita, muy fluida y humana.

Los personajes, pasados por el filtro de la sátira, - podrían ser nuestros vecinos, nuestros compañeros de trabajo, nuestros familiares - impulsados por sus mezquindades, sus pretensiones y la pesada carga  de sus mentiras viven (o mejor dicho sobreviven), reaccionan y respiran devorados por su propia historia. Las vanidades literarias que tan bien conoce el autor/editor, los sueños de los desheredados, la humanidad de los más desfavorecidos y la mezquindad corrosiva de los otros, van construyendo una novela con tintes negros pero con vocación picaresca.

En definitiva, una obra muy refrescante que deja en el “retrogusto” (como los grandes vinos) una gran gama de matices.

P.S: No se puede perder el lector las notas a pie de página, jugosas y llenas de referencias, como lo serian las pequeñas ilustraciones de fondo del magistral Ibáñez.

martes, 19 de julio de 2022

“El retrato de Irene” Alena Collar



Tengo muchos libros pendientes de lectura y, entre ellos, estaba “El retrato de Irene” de Alena Collar

(El baile del sol, 2016), con el que he disfrutado de una lectura lenta y conmovedora.

La guerra, el fanatismo, el exilio, el olvido, la nostalgia y la Belleza, van llevando al lector, dulcemente, hacia el interior de una narración fluida y poética que envuelve y traspasa.

Irene, la joven, la mujer, la madre, la esposa, la abuela, ha construido a su alrededor una burbuja. Ha transformado en silencio su memoria. Ha perdido el contacto con su presente, como si transitara la vida sin tocarla; como si fuera otra persona quien la viviese por ella.

Pero el destino fuerza los caminos, se retuerce y vuelve a colocarla, en cierto modo, en el punto de partida, de regreso a la huida y al exilio.

La novela es una búsqueda, una reconstrucción, una exhumación que lleva a cabo Álvaro, el nieto de la protagonista, para  desentrañar los silencios de Irene, las confesiones a medias anotadas en cuadernos, los secretos sellados por la distancia, el amor y la amistad.

domingo, 12 de junio de 2022

Palabras en desuso


Fotografía de Sarolta Bán


Las palabras novedosas, brillantes, que inundaban de luz sorprendida mi infancia, van cayendo en desuso. También aquellas que estuvieron de moda y que traían aires de lugares lejanos,

perfumados de mundanidad: boutique, kermés, negligé, ambigú, cheslong, fumoir.

Las otras, las grandes y pesadas que cosechaba mi tío para mi, como trémulas y fragantes flores - solaz, albarda, turbamulta, escabel  - se están llenando de polvo en el arcón de la memoria. Pero esta mañana, han saltado sobre mí y me han llenado de imágenes deshilvanadas de un pasado profundo. 

Aguamanil, gozne, altramuz, maní, quincalla, alhaja, acerico, titiritero, haragán, cícero, parteluz, arambol, ventisquero, alcorque.

Brincan unos segundos ante mis ojos, juguetonas aves infelices, y después se sumergen, como alegres pájaros pescadores, en el anestésico olvido.

Caravasar, asechanza, cortapluma, ditirambo, quepis, quinqué, serrallo, matacán...

viernes, 27 de mayo de 2022

Todo cambia


Todo cambia. Todo permanece inalterable.

En el quiosco sonámbulo de la esquina venden noticias frías, libros baratos, caramelos y pasatiempos. Los rusos vuelven a protagonizar películas de villanos. Las armas son un derecho constitucional en los Estados Unidos, como si siguiese siendo un país de colonos. Como si los blancos aún se creyesen en peligro por los ataques de los nativos que defendían su tierra y su legado. El hambre asola los territorios del otro lado del espejo.

Todo sigue igual. El perpetuo cambio consolida la injusticia y la miseria.

Paseo por la ciudad. Leo carteles al pasar: “Charcutería selecta”. “Selecta”. Esa palabra me suena a pasado, a infancia, a bocadillo de jamón. “Compro oro”. Los pequeños joyeros de los pobres van adelgazando al ritmo del paro, de las subida de los precios, de la desesperanza. “Apuestas deportivas”. La pobreza cae en las garras de la esperanza fútil. “Alimentación”. La tienda que enarbola ese nombre sagrado no vende bacalao, ni tocino al peso, ni dulces envueltos en papel de seda. Es un local sucio y oscuro, con los escaparates cubiertos de pegatinas despegadas y descoloridas por el sol. Allí se apilan los tetrabrik de leche junto a las bolsas de patatas fritas y a las cervezas frías. Allí se apila la prisa olvidadiza del supermercado y el desinterés por esos hombres de mirada rasgada que ven telenovelas chinas en pequeñas pantallas junto al mostrador.

Hace tiempo que camino por el barrio sin destino fijo y aún no he encontrado ninguna librería. Tampoco he visto papelerías fragantes de cuadernos vacíos y lápices sin estrenar, ni mercerías con mostradores mágicos llenos de lazos, botones y tiras de encaje.

Todo cambia. Todo sigo igual. Todo se desvanece y se perpetúa en un ciclo infinito de rutinas y desidias desiguales.

jueves, 24 de marzo de 2022

Pienso en dios


Pienso en dios. Pero su imagen se me escurre entre los dedos. Tiene la finura delicada de las mejores maravillas de las que es capaz el hombre y la brutalidad salvaje y sanguinaria de sus hijos. 

Pienso en dios. En el dios vengativo de la Biblia y en el Cristo cálido y comprensivo que cobija y perdona; en el buen compañero de camino, beligerante con los templos y los sacerdotes corrompidos; en el hombre pobre y sucio que elevó su voz alzando a un pueblo en rebeldía. 

Pienso en dios. En el silencio reverberante de sus templos. En el aroma de los cirios. En la anodina voz de un sacerdote punitivo que solo entiende de su gloria acomplejada.

Pienso en dios. Lo busco en cada uno de nosotros. Me gustaría tanto hallarlo, hablar con él, reprocharle su desidia.

Pienso en dios. La tarde languidece tan perfecta, sobre el giro insensible de la tierra, alrededor de un sol casi divino.


Real Basílica de San Isidro. León (España)

Llueve


Llueve. Occidente coquetea con la guerra. La Unión Europea es un conglomerado insolidario de intereses egoístas. Los mentirosos de la memoria ensucian con su voz el cansancio de los muertos. 

Llueve. La candidatura del infierno va ganando voluntades. Los políticos viajan en alfombras voladoras de promesas imposibles. Sonríen y hacen muecas de dolor que nadie  cree. 

Llueve. El mismo veneno beligerante bate las venas del siglo XXI. La misma convicción perversa llena los diarios. El mismo ardor guerrero nos asfixia.

Llueve. Llueven propagandas, mentiras y discursos. Llueve miedo, injusticia, pánico y hambre. Llueven bombas que destruyen el tejido imprescindible de la vida, que desgarran la carne inocente de los niños, que imponen el terror donde no cabe la razón.

Llueve.

viernes, 18 de marzo de 2022

Miedo


Miedo. Los aspirantes a dictador se afilan las insignias. El mundo se ha quedado detenido en este instante. La guerra eclipsa nuestras vidas.

Miedo. La sucia propaganda se adentra hacia el futuro. El horror en nuestros ojos se transforma en una rutina insensibilizadora.

Miedo.  Los enemigos de antes ya abren sus carteras para recibir el perdón por sus pecados. No hay principio que no pueda traicionarse. No hay temor que no pueda anestesiarse con la dosis adecuada de cinismo.

Miedo.

Artículo en el Periódico del Distrito de Hortaleza-Madrid



 

Me alegra compartir aquí el artículo que ha aparecido en Hortaleza Periódico Vecinal, escrito por Marina Domingo y cuyas fotografías son de Javier Portillo.




lunes, 7 de marzo de 2022

Infección

 


Infección en los oídos. El mundo se hace opaco como el lodo. 

Me revientan en el alma las bombas contra Ucrania.

Los corredores humanitarios parecen pasillos hacia el sometimiento. 

El tímpano entona conciertos de pitidos estridentes. Fantasmas sonoros que llenan mi cerebro.

De las geografías de la guerra mana sangre.

Los niños desgarran sus infancias en convoyes sin aliento.

Los misiles rusos cosen para siempre la incertidumbre en el futuro.

La voracidad del Tártaro es insaciable. 

Dolor. Los silbidos esquivos de las balas arrancan muertos a la tierra y cosechan odio y rencor en sus heridas.

Infección en mis oídos y en los oídos del mundo que tiritan ante una nueva guerra - televisada minuto a minuto-, más cercana y tan absurda e innecesaria como todas.

jueves, 24 de febrero de 2022

Rusia ataca a Ucrania


Rusia ataca a Ucrania. Pienso en los niños aterrados. En los ancianos escondidos en refugios. En la gente lanzada, en apenas unas horas, a la locura de las armas. Pero sobre todo pienso en las mujeres. Las que lucharán también. Las que abrazarán a sus hijos para intentar protegerlos. Las que soportarán, si el conflicto avanza, el horror de ser objetivo de guerra, como lo fueron las mujeres berlinesas tras la ocupación rusa al final de la Segunda Guerra Mundial.
 

Aterra pensar con qué facilidad la paz y la rutina se volatilizan. Cómo el ser humano es capaz de normalizar el horror. Cómo los ciudadanos bien pensantes podemos contemplar, a través de nuestros televisores, el bombardeo que reduce a cenizas una ciudad y a sus habitantes, mientras consumimos una sopa a la hora de cenar.

lunes, 21 de febrero de 2022

No llueve


No llueve. Un sol primaveral relame España. La tierra agrietada pulveriza la esperanza. Las terrazas cosechan turistas sonrientes. 

No llueve. Los pantanos se desangran. La primavera corre sobre nidos de cigüeñas despistadas. Las mañanas heladoras se desnudan en noches templadas que invitan al paseo y alejan el miedo a la sequía. Ya no queremos sufrir más. No queremos pensar más.

No llueve. Abro el grifo solo un poco. Abrevio los programas de la lavadora. Cronometro mis duchas. El cielo ya no llora su bálsamo de vida.

No llueve. La contaminación sobre Madrid es una boina dorada que envenena en silencio y filtra atardeceres ruborosos cargados de presagios.

No llueve. Mañana el sol saldrá sobre la tierra desarmada y jugará con nuestro ego a calmar esta ansiedad de mascarillas, contagios, confinamientos y muerte.

No llueve.

domingo, 20 de febrero de 2022

“La magia de lo común”, Araceli Esteves


 

“La magia de lo común”, de Araceli Esteves esconde, entre sus renglones, finales sorprendentes - a veces brutales, a veces hilarantes - que nunca dejan indiferente al lector. Surrealistas, poéticos, crueles, habitantes fronterizos entre realidades, sus personajes fluyen, se camuflan, conmueven y asombran. Admiten “la certeza de vivir una vida equivocada”; “Se sientan y ven el mundo pasar como si fuera una sábana tendida”; “heredan pesadillas”; “desordenan las letras de los libros” y “rozan potenciadores de asombro”.


“La magia de lo común”, Araceli Esteves

Talentura Libros


TALENTURA Libros, Araceli Esteves Castro

viernes, 11 de febrero de 2022

La lluvia no llega

 


Los pantanos españoles están secos. La lluvia no llega. Los piratas de las eléctricas los vaciaron, casi hasta las heces, durante el verano. 

El litio será el próximo “Santo Grial”.  Se abrirán las trincheras. Se afilarán las espadas de la ambición. Correrá la sangre.

Tenemos tanto miedo a perder que nos estamos quedando sin nada. La libertad cuesta dinero. Ya casi nadie es libre.

Putin ha tendido la alfombra roja para que pasen por ella todos aquellos que deseen alabarle, rogarle o intentar negociar. Deslumbrados por los dorados salones del Kremlin, sus visitantes parpadean admirados o asustados o confusos.

España sigue padeciendo la esclerotizada política electoral en la que vivimos sumidos desde hace demasiado tiempo. 

Gran Bretaña soporta estoicamente la vergüenza de tener a un primer ministro que se comporta como un títere de Barrio Sésamo.

Los adolescentes no quieren usar condón. Ven mucho porno pero no saben nada sobre sexo.

Hacemos estudios de mercado gratuitamente. Facilitamos nuestra información cuando usamos tarjetas bancarias, cuando damos nuestro código postal al pagar en una tienda, cuando aceptamos las cookies al ingresar en una página web. ¿Quién usa todos esos datos y para qué?

Ya casi nadie es libre. Dejamos a nuestra espalda un rastro digital que nos define y nos señala.

Lo que hoy parece un presente y un futuro previsibles tal vez mañana no sea nada.

Los pantanos están secos. La lluvia no llega.

jueves, 10 de febrero de 2022

Una aventura bancaria en el “distópico” Madrid de entre pandemias

 



Entro en mi sucursal bancaria. La cajera viene corriendo hacia mi, que soy la última de una larga fila, y me entrega un post-it. “Usted es la última. Si viene alguien más le dice que la caja ya está cerrada”. No sabía que lo de trabajar para el banco fuese tan literal. 

La fila avanza muy lentamente. Varias de las mesas de la enorme sala están vacías. No sé si habrán comenzado los despidos o si los ausentes estarán de baja por ansiedad o por COVID; aunque quizá simplemente se hayan ido a tomar un café o a hacer la compra. 

Junto a otro escritorio dos empleadas charlan relajadamente de sus cosas. Una de las clientas de la fila se acerca a ellas y pregunta si la pueden ayudar: “Lo siento. Sin cita no podemos atenderos. Son las normas. Espera la cola. La cajera te atenderá”. Y continúan con su conversación intrascendente. 

Paciencia. Las grandes entidades financieras están decididas a domesticarnos. En vez de los Evangelios nos leen el catecismo ultraliberal. Los templos de las Finanzas se elevan hacia los cielos con su carne de mármol, acero y cristal para mayor gloria del capital. Amén.

Entre tanto la gente se entretiene conectándose a su teléfono móvil. Unos miran Facebook. Otros comprueban su correo electrónico. Otros, simplemente, revisan sus WhatsApp. Yo escribo estas notas, furiosa e impotente. De fondo se siente el claqueteo analógico de los sellos de caucho. 

Algunos de los empleados de las mesas fantasma regresan a sus puestos dejando a su paso un olor a café y unas miradas avergonzadas y esquivas.

La cajera suda tinta china detrás de la mampara. Desde aquí es imposible saber si es eficiente, pero es la única que parece hacer algo productivo. Los demás susurran al teléfono como si estuviesen en un confesionario o entretienen sus horas en el laberinto informático.

Inesperadamente se rompe la calma monacal. Una señora, de una cierta edad, irrumpe, desesperada, porque el cajero automático se ha “tragado” su tarjeta.  “Pues póngase a la cola que hasta que la cajera no termine con las ocho personas que tiene delante nadie podrá salvarla de su angustia”. “Pero ¿y si alguien manipula el cajero y se lleva mi tarjeta?”. “Señora, esas cosas no pasan. Los cajeros son muy seguros.” La pobre mujer obedece a regañadientes y reza sus quejas en voz baja a mis espaldas. Afortunadamente no he tenido que enseñarle el post-It arrugado que me ha dejado la cajera como quien le guarda la vez a una parroquiana en la carnicería.

Y estando en esta tesitura tan absurda me da por pensar que una buena parte de estos empleados aplicados y obedientes estarán en breve engrosando las listas del paro para que los directivos puedan seguir cobrando sus sueldos (literalmente) millonarios. Y usted pensando que su dinero es suyo. Qué equivocado está. Ahora tiene que firmar una declaración de actividades económicas, como si fuese un gánster bajo sospecha; y un documento de aceptación para cumplir con la Ley de Protección de Datos - que no servirá para protegerle en absoluto-; y una declaración que acredite su residencia fiscal. Y, si aún así, la entidad tiene alguna sospecha, puede bloquearle la cuenta.

En fin, ya va quedando menos. Hemos perdido la dignidad y la paciencia en la espera, pero si logramos salir por la puerta de este templo con nuestro problema resuelto, nos encomendaremos a los cielos y lo olvidaremos todo. ¿Será que esos viejos titiriteros anónimos, con sus trajes  grises y sus condescendientes sonrisas,  están manejando otra vez los frágiles hilos de nuestras vidas?

martes, 1 de febrero de 2022

Lectores

Desde Madrid, Venecia, Barcelona y Berlin me han ido llegando, a lo largo de estos meses, las  fotografías de los lectores de “El hierro de tu piel”. Gracias a todos.











domingo, 30 de enero de 2022

sábado, 29 de enero de 2022

Resignación

 


Cuadro de Tetsuya Ishida

La resignación es la peor patología de la sociedad moderna. El ‘siempre ha sido así’; el ‘esto es lo que hay’; el ‘yo no puedo hacer nada al respecto’, son las ‘frases-coartada’ que nos decimos para seguir aceptando sin rechistar el recorte de derechos, la opresión financiera y una deshumanización que nos separa de nuestros ancianos, de nuestros hijos, de nuestros amigos, de nuestros vecinos necesitados y hasta de nosotros mismos. La muerte es un tabú. El silencio una cápsula en la que nos degradamos aislados de lo único que nos hace poderosos: la socialización, la unidad, el trabajo en común. 

Nos hemos dejado segregar en tribus. Nos distinguimos por la ropa, el coche, el barrio, el corte de pelo, el club de fútbol al que seguimos y hasta el partido político al que votamos. Miramos con desconfianza a todos los que no se ajustan estrictamente a nuestro ‘perfil’. Nos estamos perdiendo unos a otros. Nos estamos negando. Estamos preparando el campo de batalla para desahogar la frustración y el odio que otros han sembrado en nosotros y que nosotros hemos aceptado sin pensar, convencidos de que nos estábamos beneficiando del ‘progreso’. Un progreso que nos ha hecho esclavos de una cadena de montaje invisible de la que todos formamos parte sin saberlo. 


Presentación de “El hierro de tu piel” en la librería Taiga de Madrid





Gracias a Mariano Zurdo, editor de Talentura, que ha hecho posible el nacimiento de “El hierro de tu piel”; a la librería Taiga de Madrid (y en especial a Patricia) por habernos abierto sus puertas y habernos acogido en su precioso “salón de lectura”; y a todos los que me habéis acompañado esta tarde tanto físicamente como con vuestro aliento, desde la distancia. Gracias también a AMEIS por todo el apoyo y el cariño que me habéis brindado. TALENTURA Libros, Asociación de Mujeres Escritoras e Ilustradoras, Libreria Taiga Madrid

viernes, 28 de enero de 2022

“El hierro de tu piel”. Fragmento 7



“Hay algo balsámico en la música de la lluvia. Me gusta ver cómo se desploma el cielo sobre las superficies mansas. Se eleva cierta magia del fondo cóncavo de los charcos y el rumor de los neumáticos levanta el recuerdo de amaneceres antiguos.”

(...)

“Ya no te escribiré más. Esta será mi última carta. No te odio. Espero que allí donde estés aprendas a liberarte de tu rabia.”

“El hierro de tu piel”

Novela Talentura Libros, 2021


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jueves, 27 de enero de 2022

“El hierro de tu piel”. Fragmento 6

 

“En este piso la noche se siembra de rumores: risas, llantos, conversaciones en susurros que atraviesan los tabiques impúdicos y llenan la soledad. Pero también está repleto de esperanza. Hablamos de proyectos. Hacemos planes. Nos contamos nuestras historias, nuestros derrumbes y renaceres. Compartimos una ternura encapsulada, hambrienta de caricias, y un balcón minúsculo en el que nos caldeamos al sol.”


“El hierro de tu piel”

Novela Talentura Libros, 2021


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miércoles, 26 de enero de 2022

Humana estupidez

 


En México están siendo asesinados periodistas, mujeres y hombres valientes que intentan contar la verdad para crear conciencia. El bochornoso primer ministro británico se aferra a su cargo como una marioneta de ‘Barrio Sésamo’ en la peor parodia de sí mismo. El Papa pide a los padres que ‘acompañen y no condenen a los hijos que tengan una orientación sexual diferente’. Según el FMI el crecimiento mundial no será el esperado. Tal vez sea el momento de dejar de dirigir los países como si fueran empresas del IBEX y de redefinir los conceptos “gastos” y “ beneficios” nacionales para vincularlos al bienestar de la población y no a la competición entre ‘patrias’. El ancho horizonte diplomático y comercial acerca vertiginosamente a Rusia y a China frente a Estados Unidos. Nuestros niños y adolescentes sufren un fuerte deterioro mental y emocional como consecuencia de la pandemia, de la soledad crónica y del aislamiento. Para orinar en una estación ferroviaria hay que pagar 1 euro (1,13 dólares USA). España se paraliza por el descubrimiento de la amante de un ex convicto, ex duque, ex jugador de balonmano, que no logramos que pase a ser ex famoso para que desaparezca absorbido por el anonimato. Algunas de nuestras niñas menores tuteladas han sido prostituidas, indefensas por ignorancia, soledad y silencio.  La violación por sumisión química se ha convertido en una moda denigrante que encuentra víctimas tanto entre mujeres como entre muchachos jóvenes. El planeta está rodeado por una muralla de basura espacial de la que se ha desgajado  un satélite descontrolado del multimillonario Elon Musk que, al parecer, chocará contra la luna. El sol volverá a salir mañana. La inteligencia se desgasta mucho antes que la inagotable estupidez.

“El hierro de tu piel”. Fragmento 5



“Al fondo de mi vida maúllan las sirenas que van y vienen de paso, sosteniendo vidas que se derraman. Imagino cómo serán los hombres y mujeres que cabalgan su interior arañando unos minutos a la muerte. Yo no puedo recordar a los que me salvaron. Son tan anónimos como los fantasmas de hospital. Y me pregunto si los nuevos enfermas que alcanzan la orilla de urgencias, como yo hace unas semanas, hubieran preferido no ser rescatados.”


“El hierro de tu piel”

Novela Talentura Libros, 2021


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martes, 25 de enero de 2022

“El hierro de tu piel”. Fragmento 4


 “Los fuertes no son los poderosos, sino los que resisten. Los valientes no son los que ganan las batallas sino los que se niegan a nutrir las trincheras. Sé que no puedes aceptar que estás equivocado -los dioses nunca se equivocan - pero la humanidad se construye en compañía. La humanidad es la mano tendida al que cae. Es el apoyo al necesitado. Es el camino en común.”


“El hierro de tu piel”

Novela Talentura Libros, 2021


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lunes, 24 de enero de 2022

“El hierro de tu piel”. Fragmento 3

 


“Recuerdo con qué intensidad sentía la felicidad, con qué rotundidad me abismaba en la desesperación si notaba una sombra de decepción en tus ojos. Con qué inmensa ingenuidad me dejé enredar en la madeja de disciplinas y normas tácitas de las que jamás había oído hablar. Ninguna voz de alarma despertó en mi interior.”


“El hierro de tu piel”

Novela Talentura Libros, 2021


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domingo, 23 de enero de 2022

“El hierro de tu piel”. Fragmento 2





 “Oigo llorar a un gato desde aquí. Me parece extraño que exista vida fuera de este cuarto en el que reina el frío arrulllo de las máquinas. El aire empuja el quejido. Debe ser un animal muy pequeño. Su llanto va y viene de forma irregular, o tal vez es que yo me adormezco a ratos y dejo de oírlo. No estoy segura. El gemido distante parece el llanto de un niño, del niño que nunca quise darte.”


“El hierro de tu piel”

Novela Talentura Libros, 2021


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sábado, 22 de enero de 2022

“El hierro de tu piel”. Fragmento 1




“Abro lo ojos. Vivo suspendida en una clepsidra. El tiempo va cayendo, gota a gota: tap, tap, tap. La luz neutra baña de claridad la sala sin sombras.”

“El hierro de tu piel”

Novela. Talentura Libros, 2021


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lunes, 17 de enero de 2022

Neandertales


Los neandertales eran capaces de hablar. Quieren hacer una víctima de un deportista soberbio y megalómano. Putin fuerza los límites para saltarse la vía diplomática en el conflicto con ucrania. Suecia moviliza sus tropas en la isla de Gotland. Los políticos españoles posan junto a vacas y cerdos en una campaña electoral artificial y sucia que no habla de los problemas reales de los ciudadanos ni de sus posibles soluciones. Trump reaparece con sus sacrosantos mensajes apocalípticos.
  La droga navega en submarinos. En Venezuela la resistencia de los más pobres cosecha muertes. Corea del Norte juega con sus misiles. Los neandertales también eran capaces de hablar.

sábado, 15 de enero de 2022

Tambores de guerra

Suenan tambores de guerra en la frontera de Ucrania pero nada cambia. La sombra de la hambruna vengativa de Stalin sobrevuela la memoria. La bestia medio asiática afila sus dientes. China acuna el sueño de la expansión rusa. 

Mientras tanto en España nos entretenemos hablando del Covid, del gobierno inseguro, de la oposición débil y desleal, de los desvaríos escandalosos de algún famoso intrascendente. 

Nadie quiere escuchar el chirrido metálico de la maquinaria bélica. Miramos hacia otro lado. La OTAN amenaza y advierte. Putin se estira la piel un poco más y sonríe con sus ojos de tártaro. 

Mientras invadan la tierra de otros no nos importa nada. Ucrania está muy lejos. Los muertos de otros no nos pesan.

Su miedo nos parece intrascendente.

Suenan tambores de guerra y desde Estados Unidos vuelan avisos que parecen más temerosos que temibles. El gran gigante americano ha envejecido. Se le ha olvidado la guerra fría. Le ha sorprendido el envalentonamiento ruso con el pie cambiado.


Imagen tomada de El País