domingo, 16 de febrero de 2025

Poema 173. Hijo mío

 


Contra el cielo, 

contra los vientos dementes que lamen tu pelo,

contra la tierra aterida, hijo mío, 

crece el amor que te profeso.

Con él construyo murallas que te abriguen.

Con él detengo tempestades

y esculpo los días de tu ausencia

para sentirte cerca. 

Y en la esperanza que emanas,

los estambres del aire 

ponen hilos de plata a tus pies,

alimentan la dulzura de tus ojos,

afilan tu inteligencia, 

construyen politopos en tus sienes.

De la crisálida del niño que fuiste

ha nacido el hombre extraordinario,

la mente exploradora, 

la mirada calma,

la hermosa sonrisa dormilona. 

De la piel trémula de tus primeros días

ha surgido tu voluntad robusta,

tu paciencia infinita

y un amor esplendente que comprende,

más que siente,

el regalo recibido.

 


La Unión Europea y, por lo tanto, Europa, corre el riesgo de ser desmembrada y colonizada por Rusia y Estados Unidos si no logramos la unidad, la inteligencia estratégica y las inversiones necesarias para hacernos fuertes. 

Curiosamente parece que el viejo pacto entre la Alemania Nazi y la Unión Soviética de Stalin para el reparto europeo sobrevuela el pensamiento de muchos al ver que entre Rusia y Estados Unidos quieren canibalizar Ucrania para llevarse grano, tierras raras, y posiciones geo-estratégicas ventajosas.  

Pero podemos seguir mirando nuestras pantallas sin miedo, podemos ver como los dirigentes como Putin se perpetúan en el poder y cómo se pierde el respeto a las instituciones haciendo de una rueda de prensa en el despacho oval, un circo de adultos y niños malcriados y vergonzantes.

domingo, 9 de febrero de 2025

Poema 200


Paso las yemas de los dedos por mi frente, 

noto la profundidad oscura de mis pliegues, 

el brillo de los años deshojados, 

de las tardes marchitas,

de las voces desoídas,

de las caricias desahuciadas. 

En la hondura abismal de mis arrugas

habitan mis dudas,

el dolor de mis naufragios,

la pérdida de mis colonias,

las certezas que no tuve,

las mentiras que me dije

y las verdades que nunca quise oír.



Imagen: Sarolta Ban


El mundo se está convirtiendo en un vivero de psicópatas capaces de justificar una limpieza ética, de culpar al pobre de su hambre y de pensar en el negocio floreciente que crecerá de los cadáveres de los otros, sin el menor escrúpulo o remordimiento de conciencia, y lo hacen blandiendo el nombre de un dios blanco y omnipresente, que ciñe la espada (los tanques, los drones, la IA, la bomba atómica o lo que corresponda) para consumar los intereses de unos pocos. La historia escrita por los vencedores, la propaganda cinematográfica y la desmemoria, se encargarán después de borrar - o en su defecto, maquillar - lo injustificable.