sábado, 15 de enero de 2022

Tambores de guerra

Suenan tambores de guerra en la frontera de Ucrania pero nada cambia. La sombra de la hambruna vengativa de Stalin sobrevuela la memoria. La bestia medio asiática afila sus dientes. China acuna el sueño de la expansión rusa. 

Mientras tanto en España nos entretenemos hablando del Covid, del gobierno inseguro, de la oposición débil y desleal, de los desvaríos escandalosos de algún famoso intrascendente. 

Nadie quiere escuchar el chirrido metálico de la maquinaria bélica. Miramos hacia otro lado. La OTAN amenaza y advierte. Putin se estira la piel un poco más y sonríe con sus ojos de tártaro. 

Mientras invadan la tierra de otros no nos importa nada. Ucrania está muy lejos. Los muertos de otros no nos pesan.

Su miedo nos parece intrascendente.

Suenan tambores de guerra y desde Estados Unidos vuelan avisos que parecen más temerosos que temibles. El gran gigante americano ha envejecido. Se le ha olvidado la guerra fría. Le ha sorprendido el envalentonamiento ruso con el pie cambiado.


Imagen tomada de El País

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